lunes, 17 de noviembre de 2008

*Vuelve Marx*




La brutal crisis que estamos viviendo no sólo está haciendo temblar toda la
estructura económica de la sociedad sino también las ideas imperantes
durante los últimos decenios. De pronto lo que parecía evidente se ha
convertido en humo, lo que se presentaba como una verdad revelada se ha
demostrado falsa. La incertidumbre no sólo afecta a las inversiones en Bolsa
o al futuro del sistema sino también a las ideas que dieron cobertura
ideológica a la globalización y a sus políticas neoliberales. La historia se
ha acabado, decían algunos para decir que el capitalismo había vencido. La
lucha de clases es cosa del pasado, decían otros para presentar un futuro de
riqueza y bienestar. El mercado se autorregula y resuelve sus propios
problemas. La globalización acabará beneficiando a todos y todas. "Hemos
llevado al capitalismo a su perfección, hemos acabado con el riesgo"
presumía hace unos años un broker de la City de Londres…

Una tras otra de las explicaciones o pseudo teorías de los últimos tiempos
van cayendo y mostrando su falsedad. Así como buena parte de la bonanza
económica de estos años se había basado en una especie de juego de la
pirámide con capital ficticio, el dinero se revaloriza mientras haya otro
que lo compre, hasta que un eslabón falla y la pirámide se desploma; pasa lo
mismo con las ideas, las que había ya no sirven.El jefe de la mayoría del
Senado de Estados Unidos, Harry Reid, lo reconocía al ser informado de la
profundidad de la crisis: "Estamos en territorio desconocido, esto es un
juego diferente... Nadie sabe qué hacer."

Cuando lo que parecía sólido se hunde hay que buscar referencias y
herramientas que nos permitan analizar y comprender la realidad, y aquí es
donde reaparece un señor de barba abundante, perseguido y denigrado durante
decenas de años, a veces convertido en un adocenado sin peligro, sus ideas
enterradas en no pocas ocasiones, pero que siempre vuelve a aparecer cuando
más se le necesita. Nos referimos a Carlos Marx y el marxismo. De una u otra
forma se ha convertido en una referencia en estos meses de crisis. "Marx
tenía razón" titulaba un comentarista de La Vanguardia el 25 de septiembre y
hasta el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, ha recordado que "Marx
observó hace tiempo la forma en que el capitalismo desenfrenado se convirtió
en un tipo de mitología que atribuye realidad, poder e inteligencia a cosas
sin vida propia. Estaba en lo cierto en eso". En eso y en muchas otras
cosas.

Carlos Marx dedicó mucho tiempo y esfuerzo a analizar la sociedad
capitalista, no sólo a explicar lo que era visible sino a buscar en sus
entrañas para lograr comprender en qué consistía, de dónde sacaba sus
beneficios, cómo explotaba a los trabajadores, cómo funcionaba, por qué
producía crisis periódicas, cuál sería su destino… de ese estudio y de su
compromiso y relación con las luchas de los trabajadores surgió el marxismo
como teoría científica para la acción de la clase trabajadora contra el
capitalismo.

Durante los últimos decenios casi había desaparecido de las aulas
universitarias y los ambientes científicos y hasta de buena parte de los
movimientos políticos de la izquierda. Sólo pequeños grupos políticos o de
investigadores seguían defendiéndolo o utilizándolo como base para
comprender los procesos sociales, económicos y políticos. Y de pronto una
grave crisis del sistema capitalista sólo puede encontrar una explicación
material, científica, si se utiliza el marxismo para comprenderla. Marx está
aquí de nuevo.

***

Marx estudió el capitalismo del siglo XIX. Un capitalismo que no había
alcanzado el nivel de desarrollo actual y, por lo tanto, no pudo estudiar
sus posteriores desarrollos, concentración monopolista, imperialismo,
crisis, guerras, etc. Pero ese capitalismo, incipiente podríamos decir,
funcionaba sobre las mismas bases materiales que tiene ahora y sus
características y tendencias básicas no han cambiado.

Desde el *Manifiesto Comunista *(1948) hasta *El Capital *(1867) encontramos
una explicación materialista del funcionamiento de la sociedad capitalista,
"…*que la producción económica y la estructura social que de ella se deriva
necesariamente en cada etapa histórica constituyen la base sobre la cual
descansa la historia política e intelectual de esa época; que por tanto toda
la historia… ha sido una historia de lucha de clases, de lucha entre clases
explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas*…". Se trata de un sistema
basado en la explotación de la clase trabajadora de la que extrae la
plusvalía (una parte del trabajo que el capitalista no paga al obrero), de
la explotación de los recursos naturales para su propio beneficio y de la
extensión de su dominio a todo el mundo (en la época actual de la
globalización) . Todo lo que toca lo convierte en una mercancía (desde
fabricar cualquier producto hasta los bienes culturales o de diversión)
porque de la producción, del proceso de intercambio y de la explotación de
la clase trabajadora es de donde sacan los capitalistas sus beneficios.

Pero llega un momento en que la necesidad de producir más y más, de extender
su dominio en todo el globo y de seguir sacando el máximo de beneficio entra
en contradicción con las necesidades de la sociedad y su capacidad de
absorber todo lo producido y entonces se abre una de las crisis cíclicas
íntimamente ligadas a la existencia del capitalismo. Ahora ha estallado una
de ellas. En palabras que parecen proféticas, Marx escribió en El Capital: "
*En un sistema de producción en que toda la trama del proceso de
reproducción descansa sobre el crédito, cuando éste cesa repentinamente *(como
ahora por la falta de confianza en la liquidez del sistema financiero)*…
tiene que producirse inmediatamente una crisis, una demanda violenta y en
tropel de medios de pago. Por eso, a primera vista, la crisis aparece como
una simple crisis de crédito y de dinero… Pero, al lado de esto, hay una
masa inmensa de estas letras que sólo representan negocios de especulación,
que ahora se ponen al desnudo y explotan como pompas de jabón…"*.
Generalmente esas situaciones acaban desembocando en recesiones que
representan una enorme destrucción de fuerzas productivas y de las
condiciones de vida de la población.

En la contradicción entre las necesidades sociales de la población y el
interés privado de los capitalistas se encuentra la clave de las crisis del
sistema. Lo que durante unos años aparece como un avance de la sociedad
cuando llega la crisis se convierte en retroceso y destrucción de lo creado:
*"Las crisis comerciales, además de destruir una gran parte de los productos
elaborados, aniquilan una parte considerable de las fuerzas productivas
existentes. En esas crisis se desata una epidemia social que a cualquiera de
las épocas anteriores hubiera parecido absurda e inconcebible: la epidemia
de la superproducció n. La sociedad se ve retrotraída repentinamente a un
estado de barbarie momentánea; se diría que una plaga de hambre o una gran
guerra aniquiladora la han dejado esquilmado, sin recursos para subsistir;
la industria, el comercio están a punto de perecer. ¿Y todo por qué? Porque
la sociedad posee demasiada civilización, demasiados recursos, demasiada
industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone no
sirven ya para fomentar el régimen burgués de la propiedad; son ya demasiado
poderosas para servir a este régimen, que embaraza su desarrollo. Y tan
pronto como logran vencer este obstáculo, siembran el desorden en la
sociedad burguesa, amenazan dar al traste con el régimen burgués de la
propiedad. Las condiciones sociales burguesas resultan ya demasiado angostas
para abarcar la riqueza por ellas engendrada." *(Manifiesto Comunista)

Son palabras escritas hace 160 años que siguen siendo actuales para
describir los mecanismos internos de las crisis capitalistas. Lo vemos día a
día. Las necesidades de los banqueros, especuladores y grandes capitalistas
de seguir manteniendo su nivel de beneficios han generado una de las que ya
se anuncian como grandes crisis del sistema.

Y Marx continúa:* "¿Cómo se sobrepone a las crisis la burguesía? De dos
maneras: destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas y
conquistándose nuevos mercados, a la par que procurando explotar más
concienzudamente los mercados antiguos. Es decir, que remedia unas crisis
preparando otras más extensas e imponentes y mutilando los medios de que
dispone para precaverlas. "*. Una y otra vez así ha sido. La crisis bancaria
en la década de los 80 en Argentina afectó al 55,1% del Producto Interior
Bruto del país. La de Indonesia a finales de los 90 al 55% y el 34% en
Tailandia. (Datos de Claudio Katz, economista de izquierdas argentino) En
otros momentos históricos los capitalistas han afrontado las crisis mediante
guerras, para dirimir entre ellos la supremacía del mundo o para organizar
un nuevo reparto de su influencia política y económica. Cada una de esas
crisis representa un retroceso de decenas de años. Se produce así la
paradoja de que la crisis se inicia por una sobreproducció n (después de un
determinado desarrollo del bienestar general) que el sistema no puede asumir
y arroja a la sociedad a un retroceso a todos los niveles. Es la paradoja de
seguir manteniendo el capitalismo y el beneficio privado. Es la constatación
de la caducidad del sistema capitalista.

En muchos otros aspectos de lo que está aconteciendo estas semanas Marx
resurge como el original intérprete de lo que está pasando. El sistema
financiero está colapsado. Los banqueros y especuladores han generado una
crisis profunda. Los gobiernos se ven obligados a intervenir y colocan miles
de millones para salvar a los bancos. En Estados Unidos como un regalo, en
otros países como Reino Unido, Bélgica o Islandia como una particular
nacionalizació n… en ningún caso se piden responsabilidades, en ningún caso
el dinero servirá para que la banca sea pública, un instrumento del Estado
para evitar situaciones como ésta y para que las inversiones en la economía
sean las que realmente necesita un país. De ninguna manera, los gobiernos
actúan para salvar a los mismos que han generado la crisis: la clase
capitalista. Tendremos que recordar lo que escribió Marx: "*Hoy, el Poder
público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administració n que
rige los intereses colectivos de la clase burguesa.".* Solo hace falta
anotar que Zapatero consultó a Botín la aplicación del plan para inyectar
liquidez a la banca española.

* *

***

Si Marx vuelve no es sólo para ayudarnos a comprender la crisis capitalista
o a interpretar el mundo sino para ayudarnos a transformarlo. Porque el
marxismo no es sólo una ciencia interpretativa sino también práctica. Y
ahora nos hará mucha falta la acción, la movilización.

No somos marxistas porque hayamos leído sus libros o citemos sus escritos
sino porque consideramos que sus análisis y las herramientas que nos
proporcionó son útiles para las luchas actuales. No repetimos las cosas como
si nada hubiera cambiado, ¡muchas cosas han cambiado!, pero, evidentemente,
no compartimos las ideas de quienes enterraron el marxismo por anticuado o
superado por el desarrollo del capitalismo; ni tampoco aceptamos que el
fracaso que representó la burocracia estalinista en la antigua URSS sea un
fracaso del marxismo. Estudiar, actualizar y aplicar el marxismo en este
siglo XXI es una necesidad para la transformació n de la sociedad.

La actualidad de Marx es la actualidad de la vieja pero siempre joven lucha
de clases. Representa la convicción de que "*la historia de todas las
sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases*" y
que todos los regímenes sociales tienen su etapa histórica en función del
desarrollo de la sociedad. Y si la burguesía tuvo un papel revolucionario en
lucha contra el feudalismo, hace tiempo que demostró ser una clase social
que representa una rémora para el desarrollo del conjunto de la sociedad.

La particularidad de la etapa histórica que vivimos es que la clase
trabajadora no ha reunido las condiciones necesarias para ser una nueva
clase dirigente de toda la sociedad y así poder acabar con el interés
privado de unos pocos grandes capitalistas y organizar la sociedad en
interés de la mayoría de la población.

Ya sabemos lo que es la globalización. Ya hemos sufrido sus políticas
neoliberales. La lucha no será fácil; sabemos que será dura pero muchos
otros caminos fueron probados y acabaron en callejones sin salida. Es el
momento de que Marx vuelva para que la cooperación y el socialismo sean otra
vez los objetivos de la lucha liberadora de la clase trabajadora.

Miguel Salas

Director de la Revista LA AURORA

--
Bolivarianamente
Vlaudin "XY"
"Nos perituri mortem salutamus"

http://www.kaosenlared.net/noticia/vuelve-marx



Karl Heinrich Marx (Tréveris, Prusia, 5 de mayo de 1818 – Londres, 14 de marzo de 1883) fue un filósofo, historiador, sociólogo, economista, escritor y pensador socialista alemán. Padre teórico del socialismo científico y del comunismo, junto a Friedrich Engels, es considerado una figura histórica clave para entender la sociedad y la política.(wilkipedia)

No hay comentarios: