domingo, 16 de noviembre de 2008

Los panistas en México


Entrevista a Alvaro Delgado/Periodista...

El PAN, en proceso de degradación.


Irma Ortiz.
La lucha es sorda y soterrada en Acción Nacional.

Con la muerte de Juan Camilo Mouriño se empiezan a descartar ases en un juego que está resultando muy peligroso. No sólo prevalecen las envidias y mezquindades que los ha hecho perder importantes posiciones electorales, como lo señalara el presidente Felipe Calderón, también hay enfrentamientos con grupos como el Yunque que han tenido un gran costo. El PAN sufre un proceso de degradación acelerada, provocada por una guerra sin consideraciones legales o éticas donde está en juego nada menos que ser el favorito del jefe del Ejecutivo para las elecciones del 2012.
Siempre! entrevistó al periodista Alvaro Delgado, autor de tres libros donde pone nombres y apellidos, con datos duros, de los personajes que han marcado el rumbo de Acción Nacional.
Lista negra¿Qué sucede en el PAN, luego del regaño del presidente Calderón y que en opinión de algunos está dirigido al Yunque?
Hay en el PAN una disputa abierta, pero también sorda y soterrada entre las facciones de este partido que se disputan el poder.
Una de ellas es el Yunque que opera de manera oculta, aunque muchos de sus integrantes han sido ya identificados en tres de mis libros, particularmente en el primero El Yunque, la ultraderecha en el poder.
Está la facción que encabeza Felipe Calderón y a la que pertenecía Juan Camilo Mouriño y hay otros grupos de menor relevancia, pero que están en la dinámica de disputa de posiciones al interior del PAN, gobierno federal, gobiernos estatales y todas las instancias de poder público y partidista.
Señalar que el Yunque le hizo la guerra a Juan Camilo es una afirmación correcta pero también que Mouriño, utilizando de manera ilegal e inmoral el poder público, le hizo la guerra a estos miembros del Yunque, es preciso no irse con la finta; esta organización terminó pactando con Felipe Calderón en un arreglo benéfico para ambos.
Un último elemento, Juan Camilo, antes de la toma de posesión de Calderón, integró listas negras sobre militantes del Yunque con cargos en el gobierno federal.
El propósito era identificar a quienes, al asumir Calderón el poder, fueran despedidos.
Tuve conocimiento de la estrategia por Ricardo Sheffield Padilla, actualmente subsecretario de la Reforma Agraria, me buscó para que le auxiliase en la integración de las listas y mi respuesta fue negativa por una sencilla razón: mi carácter de periodista.
Le dije que si lo que pretendía era identificar a los miembros del Yunque en el gobierno de Vicente Fox, podría recurrir a los miembros del Yunque que están con Calderón y con él mismo, ¡pregúntale a César Nava!, quien es sin duda miembro de esta organización.

Después de la toma de posesión le pedí información a Sheffield, porque para mí era un asunto de interés público y me respondió que había identificado a muchos miembros de la organización en secretarías de Estado, pero me hizo la siguiente aclaración —es relevante porque acredita la estrategia del gobierno de Calderón y de Mouriño sobre las listas negras—:
“La guerra no es contra el Yunque, sino contra Espino y su grupo inmediato; el Yunque pragmático con los dogmáticos, se puede trabajar”.
En realidad Calderón y Mouriño nunca quisieron confrontarse con la organización secreta, sino eliminar sólo al grupo encabezado por Espino como ocurrió.
¿A esto obedeció la campaña de Manuel Espino y su libro Señal de alerta, donde ataca al primer círculo del Presidente?Por supuesto.
Desde las oficinas de la Presidencia de la República se echa andar una estrategia diseñada por Mouriño para integrar el Consejo Nacional del PAN —quien elige al dirigente de ese partido—, estrategia que en su momento fue denunciada por el propio Espino y que lleva a la Asamblea Nacional de León, Guanajuato, el 2 de julio del 2007, a que se produzca un repudio y rechiflas a Espino. Hecho que, por cierto, fue instigado por operadores de Mouriño con el entonces senador mexiquense, Ulises Ramírez, quien se convirtió hace unos meses en coordinador de asesores en Gobernación.
Esto agudiza el pleito entre Calderón y Espino a tal punto que en su libro Señal de Alerta, Espino califica de capos del calderonismo a Mouriño y a Germán Martínez Cázares entre otros.

Ahora, Calderón —en su mensaje del domingo 9 de noviembre, que por cierto fue una homilía hacia el secretario de Gobernación—, se refiere a que la mezquindad y a las envidias que han conducido a la derrota.
De la misma manera puede interpretarse que fue un regaño a Germán Martínez Cázares, quien si bien forma parte de la facción calderonista también es cierto que tenía serias diferencias con Juan Camilo; ya que en medio estaba ser el favorito de Calderón para las elecciones presidenciales. Esto es real, las diferencias entre el presidente del PAN y el secretario de Gobernación prevalecían a tal punto que políticamente Germán tenía mejores relaciones con Espino que con Mouriño, por más que al propio Germán Martínez le haya brotado el sentimentalismo en el mensaje que leyó ese domingo.
Ya había comentado en una entrevista que me hicieron en Siempre! que se estaban enfrentando los capos de una facción a los capos de otra.
Se enojó la gente de Manuel Espino diciendo que si era Espino un capo y lo es en la medida en que él denomina de la misma manera a sus adversarios.
Se vive una lucha de facciones, que se está dando en la cúpula, pero que también se efectúa a nivel estados y municipios en todo el territorio nacional.
¿Qué lo explica?, nada menos que la búsqueda del poder al margen de códigos de ética o de los principios que se supone deben guiar el comportamiento de los militantes de un partido político que ofreció ser distinto al PRI, por ejemplo.

El PAN sufre un proceso de degradación y corrupción muy acelerado que da lugar no sólo a esta guerra entre grupos al margen de cualquier consideración legal o ética, pero que también ha conducido a cuadros prominentes a actos de corrupción o aún de homicidio.

Hoy se puede decir también que en el PAN se matan entre ellos.
Hay tres casos, no sólo la regidora María del Carmen Tamez, asesinada por el ex alcalde de Atizapán, sino el diputado local por Guerrero, José Bajos Valverde, y el de un funcionario del Ayuntamiento de Tonalá, Jalisco, cuyo autor intelectual es el alcalde que hace poco fue apresado.

La disputa por el poder en el PAN ha llegado a extremos no únicamente de pleito de arrabal, sino de asesinato.
Lógica facciosa ¿No se puede descartar esa posibilidad en el accidente sufrido por Juan Camilo Mouriño?
No me atrevo a insinuar ni siquiera una posibilidad como esa. Un acontecimiento de esa magnitud exige responsabilidad y si quienes están obligados a ello no la tienen, sí la debemos tener quienes nos dedicamos a la información. Lo que yo digo está sustentado en hechos y no son juicios a la ligera.
En el caso de la tragedia, del avionazo, es la autoridad la que está obligada a informar la verdad si se trató de un accidente o si fue producto de un sabotaje.
Las dos cosas son delicadas, aunque la segunda resulta mucho más inquietante, porque si no hay seguridad para un servidor público de tal nivel, menos la habrá para quienes somos ciudadanos, desprovistos de cualquier protección.
¿Estas discordias obligaron al Presidente a buscar a un secretario de Gobernación ajeno a su primer círculo como Gómez Mont?
No se ha roto la lógica facciosa de amistad que caracteriza a Calderón en la integración de su equipo, porque Gómez Mont no es únicamente un panista prominente, cuyo padre fue fundador del PAN, sino también es amigo de Calderón desde que eran compañeros de aula y de generación de la Escuela Libre de Derecho.
Es cierto que Gómez Mont es más amigo de Diego Fernández de Cevallos, quizá de Carlos Salinas.Ciertamente es alguien que nadie esperaba que tiene una capacidad de liberación, muy importante sobre todo para las condiciones políticas del país, aunque está por verse si tiene eficacia ejecutiva. Tampoco se sabe que tenga pretensiones presidenciales, pero no hay que olvidar que no se ha cumplido ni la tercera parte de esta administración y no hay que descartar que pueda, en función de los resultados, colocarse en una posición de eventual disputa por la candidatura presidencial.
¿Cómo queda el grupo que encabezaba Juan Camilo Mouriño?En la orfandad.
¿Cuál era la fortaleza de Mouriño para formar un subgrupo en el felipismo?, su capacidad para ofrecer chamba en el gobierno federal, colocó en numerosas secretarías y dependencias a quienes quería.
Todos le dispensaban lealtad y hay muchos ejemplos.
En el caso de Campeche, estado que su familia adoptó parta levantar su imperio económico y político, todos los delegados federales eran amigos de Juan Camilo; y en la República los delegados de todas las dependencias, salvo excepciones —estados donde tuvo que pactar con gobernadores priístas—, eran amigos de Mouriño. A nivel subsecretarios o directores también eran personajes colocados por el extinto secretario de Gobernación.
Toda esta estructura que controlaba le daban una fortaleza política que a su muerte está desorientada y en riesgo de disolverse porque nada garantiza que Gómez Mont los acoja de la misma manera; es más ni siquiera Calderón, tampoco Germán Martínez, quien tiene su propio grupo.
Mouriño colocó en el CEN a personajes que le reportaban más a él que a Germán Martínez.
Doy tres ejemplos: Jorge Manzanera Quintana, secretario general adjunto; Alejandro Villalobos, secretario de elecciones, y Javier Rodarte, secretario de fortalecimiento interno.
Su superior jerárquico es Martínez Cázares, pero tenían más vinculación con Mouriño.
Disputa por el poder.
¿Esto repercutió en Martínez Cázares ese desdibujamiento?
Germán Martínez —un día antes de la tragedia en la que muere Mouriño y otras 13 personas, el lunes 3 de noviembre— aparece en una conferencia de prensa junto con Gómez Mont para manifestar su repudio al fallo del Tribunal Electoral sobre los spots del Consejo Coordinador Empresarial.
Ese día Germán no quiso referirse a las versiones en el sentido de que Mouriño dejaría su puesto, algo que se entiende para no generar controversia.
Lo que no se entiende es que guardara silencio ante la pregunta de que si el trabajo de Mouriño resultaba eficaz para Calderón.
Ese silencio, desde mi punto de vista, sólo ratifica la distancia y la rivalidad que había entre ambos. De hecho, allegados a Martínez esparcían la versión de que Mouriño dejaría el cargo para ser diputado federal, lo cual no implicaba en automático la coordinación parlamentaria o la candidatura al gobierno de Campeche.
En ese sentido, Calderón bien pudo haberse referido a Martínez Cázares cuando habló de la envidia y la mezquindad, por más que el propio Germán haya dicho en su mensaje que eran casi hermanos.
¿Cuál es el escenario a corto plazo? La disputa por el poder prevalecerá, porque con el pragmatismo con el que se maneja la muerte de Mouriño significa un adversario menos y si bien en lo inmediato tienen el reto, particularmente Germán Martínez, de retener al menos 207 diputaciones y refrendar las gubernaturas de San Luis Potosí y Querétaro, también es cierto que la lucha por la candidatura presidencial se inició.
De los dos delfines que Calderón tenía únicamente queda Martínez y si éste no es eficaz en las elecciones perecerá igual que Mouriño —políticamente hablando—.

¿Quién podría, entonces, ser políticamente fuerte para aspirar a la candidatura presidencial?

No hay a estas alturas una respuesta, quién sabe si Gómez Mont pudiera colocarse en esa posición.
¿Quién es Gómez Mont?
No hay que perderlo de vista.
Es hijo de Felipe Gómez Mont, fundador del PAN que difiere mucho del perfil de los clientes con su hijo.
Felipe Gómez Mont defendió a David Alfaro Siqueiros o su despacho logró la liberación del guerrillero Fidel Castro.
También aplaudió la nacionalización del petróleo en 1938, según se lo hizo saber en una carta a Lázaro Cárdenas.
En contraste, su hijo no sólo defiende a gente identificada con el caso Pemexgate, Rogelio Montemayor, sino que ha apoyado la privatización de Pemex.
Su cartera de clientes está vinculada a los delitos de cuello blanco.
Hay que recordar que como presidente de la comisión de justicia, operó la iniciativa enviada por Salinas para que no fueran graves éstos delitos.

Gracias a esa reforma pudo defender a criminales de la talla de Cabal Peniche, Jorge Lankenau, Gerardo de Prevoisin; además de ser asesor no sólo de Ernesto Zedillo, del entonces procurador Fernando Lozano Gracia y del propio Carlos Salinas, a un nivel que seguramente lo tiene otro de sus amigos: Diego Fernández de Cevallos.

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lunes, noviembre 17, 2008 0 comentarios



El PAN dejó de ser una leal oposición.

En este contexto, llama poderosamente la atención esa enérgica protesta de Fernández de Cevallos, expuesta en la tribuna de la Cámara de Diputados el 3 de marzo de 1994
Para entender esa violenta reacción de quien fue el abanderado blanquiazul a la presidencia de la República en las elecciones de 1994, aunque él mismo lo negara días antes, es necesario hacer un poco de historia para encontrar el origen de las diferencias, ahora coincidencias entre el PRI y Acción Nacional.
Y es que, el suelo en el bicolor, - PAN - dista mucho de ser un bello piso de mosaicos blancos y azules. Recordar la historia del Instituto Político que surgió de aquella asamblea constitutiva que tuvo lugar del 14 al 17 de septiembre de 1939, es clave para entender nuestros tiempos actuales. En aquella época sus principales ideólogos Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna, eran fieles herederos de una de las dos corrientes más reaccionarias de la postrevolución, con una amplia trayectoria dentro de los espacios de poder. Gómez Morín había operado como secretario del revolucionario Salvador Alvarado, ex gobernador militar de Yucatán y titular de hacienda con Adolfo de la Huerta; González Luna, aunque carecía de esa experiencia política, a cambio de ello tenía una marcada formación religiosa.

No obstante, a estos dos hombres debe vérseles en otro contexto, ya que en 1928, Gómez Morín también fue jefe de abogados en la embajada soviética en México y más extraño todavía que fundara en septiembre de 1939, - el mismo mes del pacto Hitler - Stalin, el partido Acción Nacional; más raro que de inmediato ese partido respaldara la candidatura de Juan Andrew Almazán, el “gallo” de la Alemania Nazi, a la presidencia de la República en las elecciones de 1940, según versiones ampliamente difundidas por el Partido Laboral Mexicano en 1985 en un libro titulado: “El PAN, partido de la traición”.

Los comportamientos extraños de Acción Nacional.

Desde su fundación el partido Acción Nacional ha tenido comportamientos y apoyos extraños, como aquellos que tuvieron lugar a partir del 29 de diciembre de 1989, cuando se señaló a Norberto Corella, como protagonista del “pangate”. La carta de Rodolfo Elizondo y los entonces legisladores: Ramón Martín Hurtado, José Manuel Mendoza Márquez y Raúl Espinosa Martínez, enviada al consejo y demás militancia de su partido, fue más que contundente. En mayo de ese mismo año el desaparecido Manuel J. Clouthier asistió a las elecciones de Panamá y de ahí voló a Washington con 100 personas más para ver al ex presidente norteamericano George Bush. Por su parte, Corella ha viajado a Panamá para impartir cursos de resistencia civil, para que el presidente Endara pudiera tumbar a Noriega. Un hecho que hizo peligrar a su partido.
Cuando ocurrió la invasión a Panamá, el hoy expanista Carlos Castillo Peraza, hoy flamante ex presidente de Acción Nacional y “periodista”, en ese entonces diputado federal, subió a la tribuna de la Cámara de Diputados para condenar la invasión que dos personajes panistas habían apoyado meses antes.

En los años de su fundación los comportamientos extraños fueron más de tipo ideológico que económico o político, como los recibidos por parte de José Vasconcelos. En la vida del ex secretario de la SEP, lo único que cambia es el contexto histórico, pues se mantiene ese carácter Nazi - comunista. Empero, como apunta Krauze en su obra " Por una democracia sin adjetivos", " La vertiente democrática pura, maderista, vasconcelista, laica; la que representó Gómez Morín, careció de “encanto” y requirió siempre el remolque de una mística religiosa. Basta comparar los escritos de Efraín González Luna contra Cárdenas, con los de Gómez Morín para apreciar la diferencia. El lenguaje del primero, oriundo de Jalisco, era dogmático, anticomunista, anclado en el siglo XIX. El del segundo, nacido en Batopilas, Chihuahua, era siempre matizado. Su discurso se concebía asimismo como parte de la Revolución Mexicana: la parte desvirtuada". Gómez Morín no tuvo arraigo y el remolque ideológico de González Luna, tuvo que desembocar en otros pensamientos francamente fascistas o sinarquistas.

Entre los fundadores del partido Acción Nacional, también destacan: Hugo Gutiérrez Vega, Rafael Preciado Hernández, Aquiles Elorduy, Daniel Kuri Brena, Ezequiel a, Chávez y Luis Cabrera.

Desde el mismo pensamiento de sus ideólogos se puede hablar de concepciones diferentes, ya que mientras Gómez Morín daba prioridad a la formación y avance doctrinal del partido, restando importancia a la participación electoral, González Luna consideraba a la jornada electoral como el elemento más sólido para que el partido se cimentara doctrinalmente y alcanzara el poder. Gómez Morín no pudo ver nunca su obra terminada, murió en abril de 1972. Jamás se pudo imaginar que su partido cobraría nuevos bríos a diez años de su muerte y, en su estado natal (Chihuahua).

Las inclinaciones clericales del PAN y sus grandes divisiones.

Desde los años 50 se apunta ese repunte clerical, lo admita o no Acción Nacional. Desde esos años sus inclinaciones clericales son más obvias, como también la intención de recuperar el México de finales del siglo XIX o el que quería aquel partido Católico fundado en 1906.

La clave de todo la tiene Luis H. Álvarez, a quien Gómez Morín conoció en uno de sus viajes a su tierra natal. El ex-alcalde de Ciudad Juárez y caudillo de la vieja clase panista, nacido en Ciudad Camargo en 1919, representaba para Gómez Morín al luchador cívico ideal: un empresario textil liberal, honesto y moderno, preocupado por los problemas sociales, insobornable, independiente y quijotesco".

Sigue apuntando Krauze: "Después de dirigir la Cámara de Comercio y la Asociación Cívica de Ciudad Juárez, ingresa al PAN y se convierte en candidato a gobernador. Para sorpresa del abanderado del PRI - el candidato oficial - Teófilo Borunda, el joven Álvarez de 35 años, alcanza buenas votaciones y, además cierto revuelo con una caravana de protestas postelectorales de Ciudad Juárez al zócalo de la ciudad de México .Dos años más tarde Alvarez es el candidato panista a la Presidencia de la República.

Para los años 60, ocurre una fuerte escisión dentro del blanquiazul que provoca la salida de un contingente que pretendía alinear y establecer un paralelismo entre la democracia cristiana, - que promulgó unos meses el Partido Foro Democrático de Jesús González Schmal - y Acción Nacional. Entre los disidentes de aquellas épocas estaban: Hugo Gutiérrez Vega y Manuel Rodríguez la Puente.

La gran escisión de 1975, un PAN sin candidato presidencial.

Para el año de 1975, los conflictos siguieron a la orden del día en Acción Nacional, así como también uno que otro fuerte agarrón entre José Ángel Conchello, quien buscaba la reelección y Efraín González Morfín, heredero de González Luna. El objetivo de esa refriega era por el control del partido. Las posturas en juego fueron muy claras, la pro empresarial y electorera y la que promovía la educación y la formación ciudadana. Conchello renunció a la presidencia de Acción Nacional y González Morfín duró poco tiempo en la dirigencia. Los estertores de aquélla no repararon en la renuncia de quien fuera después dirigente de Acción Nacional en el Distrito Federal, estos llegaron mucho más lejos, al grado de no ponerse de acuerdo en el nombre del candidato presidencial de Acción Nacional, dejando el camino libre al candidato del PRI, José López Portillo y Pacheco. José Ángel Conchello, lejos de caer en la pasividad que lo caracterizó hasta días antes de su trágica muerte, asumió la línea beligerante y más agresiva, empleando como principal arma de ataque la crítica al gobierno. A la mitad de su periodo como presidente nacional del PAN, Conchello respalda la doctrina del “Club de Roma” - “los límites del crecimiento” - y agrega: "El Club de Roma nos obliga entender que nos acercamos a un momento cardinal en la historia, y que tenemos que aceptar sacrificios individuales y cambios políticos". Apoyado por empresarios regiomontanos - el Grupo Monterrey - Conchello pretendió dar madruguete, lanzando a Pablo Emilio Madero, ex presidente del Partido Foro Democrático, como candidato a la presidencia de México.

Las intenciones de quien pensaba de la misma manera que el desaparecido Obispo de Morelos, Sergio Méndez Arceo, no prosperaron. Quizá el también obispo Manuel Talamás Camandari, tuviese una o dos cosas que decir al respecto.

La máxima dirigencia panista desconoció a Conchello como líder de los parlamentarios panistas, a la vez que descalificó públicamente toda actividad realizada por el disidente. Los apoyos al combativo, Pablo Emilio Madero, “hombre generoso” para los integrantes del Partido Foro Democrático, se vinieron por tierra. Ante las graves confrontaciones internas, la dirigencia panista decidió no postular candidato al sexenio 1976 - 1982. Cabe hacer aquí un paréntesis en memoria de José Ángel Conchello. Cuando ocurrió el accidente donde el Senador panista perdiera la vida, el momento político en México era álgido, se discutía en el Senado el caso del Fobaproa, donde, a contrario de lo que se pudiera pensar, la postura de José Ángel Conchello no era favorable para los integrantes del “Grupo Monterrey”, muchos de ellos inmersos en ese penoso caso.

Es altamente sintomático que sólo en esa fecha, - 1976 - los panistas no hayan postulado candidato a la presidencia y que cambiaran de dirigencia en tres ocasiones. Por el CEN de Acción Nacional pasaron: Efraín González Morfín, Raúl González Schmal y Manuel González Hinojosa, en su carácter de máximos dirigentes. A su lado y como secretarios generales desfilaron: Bernardo Batiz Vázquez, Raúl González Schmal y Adolfo Christlieb Morales.

El abandono de la línea doctrinaria

A partir de 1976, la debilidad se hace más evidente en las filas panistas y se comienza a vislumbrar cierto abandono en sus aspectos doctrinarios. La ortodoxia tradicional comenzó a ceder terreno, la vieja guardia bajo la guardia, y poco a poco se vio replegada ante los embates de la nueva corriente calificada por ellos como: “oportunista” y “proempresarial”, donde hoy sobresalen: Felipe González, gobernador de Aguascalientes y uno que otro despistado alcalde panista.

Al llegar a los inicios del sexenio 82 - 88, el perfil panista había cambiado. Sus rasgos originales y las filas blanquiazules se alimentaba haya con prominentes miembros del sector empresarial y uno que otro banquero resentido por la nacionalización de la banca.
El ascenso de la nueva clientela política pronto encontró espacios de dirección, sobre todo en algunas entidades del país. Fernando Canales Clariond, - gobernador actual - se apoderó de Nuevo León; Adalberto Rosas de sonora; Francisco Barrio del estado que ya gobernó,- Chihuahua -, Eugenio Elorduy de Mexicali, y Ricardo Villa Escalera de Puebla.
"La presencia del sector empresarial en la política mexicana ha originado una nueva corriente en el seno del PAN a la que se conoce como neopanismo. Surge aquí un nuevo tipo de militante: el hombre de negocios, - ideólogo - , financiador, que ocupa puestos clave en la dirigencia nacional del PAN". Lo cómico de Acción Nacional es que no se define como partido de clase pro empresarial, sino de clases. Ahora sus nuevos dirigentes forman parte de los nuevos sectores sociales politizados de la pequeña y gran burguesía. Los profesionales liberales y los empleados de empresa han sido desplazados por los propietarios, ejecutivos y directores de grandes compañías. Por eso resulta más que lógico que un hombre que estuvo al servicio de una de las compañías refresqueras del mundo sea su actual candidato a la Presidencia de México.
Esta militancia empresarial se ha fusionado con los grandes principios liberales y del puritanismo religioso, característico del Partido Acción Nacional.
Sorprenden realmente las coincidencias que existen entre los planteamientos ideológicos y políticos, así como de reforma económica del PAN, con los de las organizaciones cúpula del sector empresarial; concretamente el Consejo Coordinador Empresarial y la Coparmex, como lo señala Abraham Nuncio en su obra “La Sucesión Presidencial en 1988”. Más aún, donde la justicia social, ni siquiera es tocada como mera referencia.

El ascenso del neopanismo

Los triunfos alcanzados en elecciones municipales, en especial en la década pasada, afianzaron el avance de la nueva corriente panista, - neopanismo - representada en la persona de Carlos Castillo Peraza. Con su arribo a la dirigencia nacional del Acción Nacional, y sus subsecuentes relevos: Felipe Calderón y Luis Felipe Bravo Mena, debe entenderse que llegó la línea dura, religiosa, narcisista y fascista, auténtica réplica del partido que ideo Gómez Morín sobre los huesos de Efraín González Luna. Línea dura, pero en opinión de muchos panistas, “conciliadora”, marcada en la era moderna por el chihuahuense Luis H. Álvarez.

A principios de 1987, se dio otro relevo en la dirigencia de Acción Nacional y su trascendencia radicó en el hecho de que se entrelazó con el evento político más importante para el país en esa época de grandes cambios, movimientos y rupturas el interior del PRI.
En el preámbulo de la sucesión presidencial de Miguel de la Madrid, comienza otra era en Acción Nacional encabezada por el sinaloense Manuel J. Clouthier, quien imprime a las desgastadas estructuras panistas energía y vitalidad con el lema de: “la nueva mayoría” y en donde abiertamente, al despertar de la actividad cívico - político - empresarial, ésta corre al parejo de la proyección electoral de Acción Nacional. Circunstancia que ahora se puede ver más nítidamente en ciertas regiones del norte de México, donde la Coparmex ha tenido una marcada participación, a pesar de que se diga al interior del PAN, que en ese partido sólo se aceptan filiaciones individuales y no de grupos. Lo cierto, por sólo citar un ejemplo reciente, es que en la pasada campaña al gobierno de Sinaloa, muchos tuvieron que ver las Cámaras de comercio en la prevención política de Emilio Goicoechea Luna, uno de los tantos abarroteros amarchantados en Acción Nacional.

Los empresarios se disputan el futuro de México.

El señalamiento del ex candidato presidencial del PAN en 1993, Diego Fernández de Cevallos, fue y sigue siendo preciso. Calificar el origen de los recursos económicos de los partidos políticos es un tema que al día de hoy continua siendo motivo de grandes debates. Más aún, cuando ahora es obvio como el PRD, por esa vía de la publicidad pagada, pretende convencer a millones de mexicanos que son la mejor opción. Quizá en aquellos días del 93 el PRI y exageró la nota con aportaciones multimillonarias y en dólares, cosa que, al momento actual, se ve con más fondo que forma.

El irritamiento de los pianistas en voz de Fernández de Cevallos tenía su lógica y pudo ir más allá de la simple indignación, sólo que el ex senador y ex perredista Porfirio Muñoz Ledo, no habló ni dijo más. Porfirio Muñoz Ledo no mordió el anzuelo y no lavó más ropa sucia en la Comisión Permanente de la Cámara Diputados en aquella ocasión. Era obvio que el PRI, según la bancada panista, no saldría bien parado. Pero también hubiese sido el caso de Acción Nacional en caso de que se hubieran dado a conocer las componendas que hubo en 1994 entre Carlos Salinas y Acción Nacional, época mejor conocida como la era de las grandes concertacesiones hacia el PAN.

Si se analiza esa gran escisión panista de 1975, - similar a la de 1992, en donde los foristas acusan a su partido de haber abandonado la línea pragmática de su partido -, donde la fracción de González Morfín, dominante a la hora de la elección de 1976, acusó al “partido” de Conchello de estar financiado por el “Grupo Monterrey” en un intento de capturar el partido Acción Nacional para usarlo como punta de lanza política”, el boumerang lanzado por Fernández de Cevallos en 1993 puede causar ahora un gran daño a su partido. En esa crítica situación de 1975, apunta el politólogo Octavio Rodríguez Araujo en su obra: " La reforma política y los partidos en México": “se llevó a cabo una convención nacional para elegir candidato a la presidencia de la República para el periodo 1976-1982". En esa ruptura, "los disidentes tacharon al partido de haber sido convertido en instrumento del Grupo Monterrey", de "la falta de identidad panista", de muchos miembros del partido y de muchos candidatos, y González Morfín, - después de calificar negativamente a la LOPPE -, declaró que “debe reconocerse como claramente contraria al bien de México y del partido la participación electoral de Acción Nacional de acuerdo con la Reforma Política".

Luego entonces, en todo este mar de declaraciones y comentarios, en donde los principales análisis y comentarios los ha acaparado el partido oficial, sería conveniente preguntarse a ¿qué hay o hubo detrás de las palabras de Fernández de Cevallos respecto a las sumas millonarias de ciertos empresarios hacia el PRI y, más aún qué fue lo que verdaderamente provocó la salida de distinguidos panistas de sus filas en 1993, hasta verse obligados a fundar un nuevo partido ante la cerrazón de Luis H. Alvarez? O, ¿Será cierto que en el fondo de todo este asunto, los empresarios se preparaban para disputarse el futuro de México desde esas fechas?

El PAN y las prerrogativas gubernamentales.

Hasta mediados de los años 70, el PAN había sido un partido que vivía de las aportaciones económicas de sus mismos dirigentes. A partir de esa fecha, la confluencia de varios factores ampliaron sus posibilidades financieras; las reformas electorales del momento, abrieron el abanico partidista al aumentar el número diputados en el Congreso de la Unión, pues se dio paso a la representación de las minorías. De esta manera, el blanquiazul incrementó sus curules y consecuentemente sus fuentes de ingresos, ya que cada legislador está obligado a participar con el 33,- ahora el 20, por ciento de sus dietas -. Otras formas de hacerse de recursos se inicia con los sorteos de automóviles, que vinieron a complementar los tradicionales donativos extraordinarios en época de elecciones y la venta de publicaciones, que no precisamente se venden como “pan caliente”.

Ante la cercanía de los comicios federales de 1979, se dieron los primeros visos de rompimiento en el PAN, motivados por las prerrogativas gubernamentales hacia los partidos políticos en materia económica. A pesar del rechazo de algunos comités regionales, se aceptaron los apoyos referentes a la franquicia postal, el acceso gratuito a los tiempos en Radio y Televisión, el papel y la impresión de propaganda durante las campañas políticas.
Cabe señalar que el contexto económico de los 70, significó para el sector empresarial un paulatino deterioro de sus intereses, por lo que, en busca de opciones, vieron propicio y necesario participar más activamente en política; el PAN comenzó entonces a incorporar en sus filas, de forma más abierta y descarada, a hombres de empresa, situación que se consolidaría plenamente luego del 1º de septiembre de 1982, cuando José López Portillo, entonces Presidente de México, estatizó la banca, dejando fuertemente resentida a la clase empresarial que hoy ha aprendido a vivir de los chantajes políticos y los Fobaproas.

El nuevo perfil de la militancia blanquiazul.

Desde los inicios de la pasada década, el perfil del militante panista amplió sus razgos con la incorporación, no sólo de miembros de la iniciativa privada, sino también de numerosos integrantes de los sectores medios urbanos, como son: comerciantes, profesionistas, empleados de cuello blanco, etcétera.
Sí, desde antaño algunos de sus candidatos a cargos de elección popular costeaban, en buena medida, los gastos de campaña, ahora, con la postulación de “notables empresarios”, este mecanismo se ha visto más ha alentado. Sólo por citar algunos ejemplos, quizá los más ilustrativos, baste con citar a los abanderados de ese instituto político a las gubernaturas de Nuevo León, Fernando Canales Clarión; Adalberto Rosas en Sonora; Emilio Goicoechea Luna en Sinaloa, Ricardo Villa Escalera en Puebla; Felipe González en Aguascalientes, Alberto Cárdenas Jiménez en Jalisco, Rodolfo Elizondo en Durango, y en el caso de Vicente Fox, ex gobernador de Guanajuato, quien ahora busca la presidencia de la República.

En las nuevas y cambiantes circunstancias, las estrategias de proselitismo y tácticas de lucha también han sido modificadas por parte del partido Acción Nacional, tomando como punto de apoyo constante los importantes recursos emanados por alguno de sus acaudalados militantes como el propio Goicoechea Luna y José María Basagoiti , ambos miembros destacados de la cúpula empresarial que despachan en Concanaco y que, según versiones de los mismos dirigentes blanquiazules, son otorgados a título personal y no como aportaciones de un sector u organización patronal como puede ser la Coparmex. Su ingenio en el usufructo del dinero para fines políticos los llevo a la creación de una sociedad denominada “los amigos de Fox”, para evadir la fiscalización del IFE.

El robustecimiento de las finanzas del PAN ha tenido mucho que ver con la recomposición de sus fuerzas internas en los últimos doce años. Lo cual ha dado lugar a la creación de dos bloques, neopanistas por un lado y tradicionalistas “en fuga”. Estos últimos al día de hoy casi exterminados. No obstante esta significativa bonanza, no faltaran las voces que vinculen a este partido con fuertes intereses de importantes grupos políticos y financieros extranacionales, pues sus actos públicos así lo demuestran.

Actualmente, además de las aportaciones señaladas, el PAN se allega recursos provenientes de las cuotas que se perciben de los miles de panistas que se desempeñan como funcionarios públicos en diversos niveles: Diputados, Senadores, Alcaldes, Regidores, Legisladores locales y gobernadores.

Según estimaciones de la cúpula panista, las cuotas de los legisladores federales, gobernadores y otros militantes del blanquiazul suman varios millones de pesos mensuales. Sumas suficientes para mandar edificar un nuevo y costoso edificio para su sede nacional en la ciudad de México, en estos tiempos de crisis.
Desde su punto de vista, la decisión del PAN de “no aceptar otras prerrogativas” se debía al hecho de no estar reglamentadas por la ley, pero una vez salvado ese obstáculo no se ha visto que Acción Nacional haya tenido algún inconveniente para no aceptar el subsidio que marca el cofipe.
En 1987, año del surgimiento del PRD, todavía se oponían rabiosamente a las prerrogativas estatales, reiterando que a cambio intensificarían sus promociones económicas entre la población a través de sorteos y aportaciones de su militancia y simpatizantes.

¿Quién pasó primero la charola?.

No obstante, a la vista de muchos, la posición de Fernández de Cevallos en el uso de los recursos públicos, fue sólo un intento por justificar lo que no se pudo tapar con un dedo. Es decir, la guerra desatada en contra del partido Revolucionario Institucional, por el hecho de haber "pasado la charola" entre los grandes empresarios de México, es hoy una realidad que se le ha revertido al partido Acción Nacional. Según se desprende de las declaraciones políticas del ex Senador hidalguense Orlando Arvizu, ex vicepresidente de la Fundación Cambio XXI, apuntó: "no debe olvidarse que durante mucho tiempo se dijo que quien recibía los apoyos económicos fuertes del sector financiero era el partido Acción Nacional; pero que tras la oferta empresarial hacia el PRI, fue precisamente el PAN el primero que puso “el grito en el cielo". También es cierto lo dicho por el hidalguense en el sentido de que "la verdadera competencia política no se va a dar solamente en el aspecto económico, porque el problema no es ver quien tiene más peso o pesos, sino quien gana más votos".

Los prospectos de Acción Nacional a las urnas en el 94.

En este contexto de "guerra" interempresarial al interior de los dos partidos más importantes de México, las declaraciones del empresario Juan Sánchez Navarro, al semanario Proceso en 1993, pueden abrir un cauce distinto al desarrollo de los acontecimientos, sobre todo si se recuerda aquella entrevista del ex dirigente del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas con empresario regiomontanos.

Por los antecedentes que se tienen a la mano, se puede deducir que todos los partidos, quizá con excepción el PPS, todos están ávidos por encontrar coincidencias en estos grupos de poder económico, como si ahora la política se definiera en los altos círculos financieros y económicos de la nación.

Cualesquiera que sean los resultados de esta "gran consulta" para calificar los recursos financieros de los partidos políticos, Acción Nacional se encuentra cada vez más cerca del poder que otorga la presidencia de México.
Desde la XXXV Convención Nacional celebrada en octubre de 1986 en San Luis Potosí, donde el PAN resolvió participar en los comicios presidenciales de 1988, se dio una interesante recomposición de fuerzas a su interior. A diferencia de otros años, el PAN llegó al año preelectoral precedido de una marcada actividad contemplada no sólo en el ámbito propio de los comicios estatales, en donde, por cierto, ha seguido dando notables sorpresas y significativos avances, sino también en el despliegue de diversas estrategias que dejan atrás la antigua fórmula blanquiazul de hacer política y que lo mismo le ha llevado a dejar de tomar palacios municipales, campañas de desobediencia civil, bloqueos de carreteras, cierre de puentes fronterizos y manifestaciones de protesta más allá del Río Bravo. [Nota de la R.Esto parece que ya se les olvidó...y ahora se escandalizan si otros lo hacen]

A nadie escapa el hecho de que el PAN ha venido logrado importantes avances electorales desde mediados de la pasada década, teniendo como un sustento al llamado neopanismo, - localizado en especial en las entidades norteñas del país - con su beligerante innovación en la forma de hacer proselitismo y atraerse nuevas bases sociales de apoyo.

No obstante, el neopanismo también ha sido fuente generadora de serias discrepancias entre la dirigencia nacional y algunos líderes regionales y estatales que, como el caso de Chihuahua y Puebla, que no coincidieron en 1987 con las tácticas políticas empleadas.

El PAN, seis candidatos en 61 años.

A la fecha suman seis las ocasiones en que el partido Acción Nacional, en sus 61 de existencia ha participado en elecciones por la Presidencia de la República. Su primer candidato fue Efraín González Luna postulado el 24 de noviembre de 1951, para los comicios de 1952. En las elecciones de 1958 Acción Nacional postuló al chihuahuense Luis H. Alvarez, nominado el 24 de noviembre de 1957. En 1963, como si se tratara de establecer un rito sexenal, la candidatura del bicolor se decidió también un 24 noviembre, siendo elegido esta vez José González Torres.

En 1970, todo cambió. Resultó abanderado Efraín González Morfin, quien fue postulado el 9 de noviembre de 1969. A partir de ahí, nada ha sido iguala el interior del partido Acción Nacional. Se han agudizado los antagonismos internos, las facturas, divisiones y se ha llegado a rompimientos como el encabezado en 1992 por Pablo Emilio Madero, Jesús González Schmal, entre otros.

A raíz de las profundas disputas del momento, en 1975 la convención panista decidió no participar en las elecciones presidenciales de 1976.

Para la jornada electoral de 1982, la candidatura estuvo personificada por el presidente del partido Foro Doctrinario y Democrático Pablo Emilio Madero, postulado el 27 de septiembre 1981.

La nominación del 87, también tuvo lo suyo. Las manecillas del reloj panista apuntaban hacia los hombres que en los últimos años habían saltado al entarimado panista, ganándose el reflector de las cámaras. Ya nadie discutía al interior del PAN que la vieja guardia panista había sido desplazada por la impetuosa militancia neopanista, por lo que las elecciones de 1988 fueron para muchos el gran parte aguas y la confirmación de las nuevas directrices adoptadas por Acción Nacional. En la era Clouthier el PAN se muestra cauteloso, nadie quiere sacar la cabeza. El mismo Diego Fernández de Cevallos llegó a declarar: “ ni aspiro ni suspiro” mientras otros también hacían cálculos sobre el hombre que los representaría en las urnas electorales de 1994.
Ruffo y Medina, descartados en el 94

Por lo pronto, de una larga lista donde los mismo se ve a gobernadores y destacados militantes, los analistas panistas descartaron a dos. Para ellos los mandatarios estatales de Baja California y Guanajuato, Ernesto Ruffo y Carlos Medina Plasencia no tienen ninguna posibilidad. El impedimento en el primero no lo ubican en el ámbito constitucional, ya que para ellos Ruffo es mexicano con todos sus derechos y obligaciones. En el caso de Medina Plasencia tampoco son impedimento sus inclinaciones religiosas. Lo que observan los panistas es que ninguno de los dos tiene el control del congreso del estado y, esa es la única vía legal que tienen para separarse del cargo y optar por una candidatura mayor.
Francisco Barrio pudo ser...

Si acaso el único con esas posibilidades era el chihuahuense Francisco Barrio Terrazas, quien acababa de llegar a la gubernatura de su estado. No obstante, Barrio finalmente no contó en las listas ni fue aceptado.

Los análisis que se hagan sobre el PAN, de aquí en adelante y más todavía después de ver al empresario panista Vicente Fox como candidato a la Presidencia de la República, deberán estar más enfocados hacia las personas, ya que en Acción Nacional ya no se establecen compromisos ideológicos o doctrinarios, sino económicos y, sobre todo, pragmáticos.
El PAN no es el PRI, no hay destapes ni pronunciamientos, por lo mismo, pudieron ser candidatos: Rodolfo Elizondo, Alfredo Ling, Diego Fernández de Cevallos, Adalberto Rosas, Emilio Goicoechea Luna, Vicente Fox y cualesquier otro panista con presencia nacional.
En el PAN si cabe la frase: CUALQUIERA PUDO SER.

. . . felipemoreno.com
http://www.mexico-tenoch.com/enmarca.php?de=http://www.mexico-tenoch.com/pan.html




ESTA INFO QUE SIGUE AQUÍ ES LA ENCONTRADA DEL LADO PANISTA, EN DONDE TODO ES PERFECTO Y AZULADO...

Al menos en ese entonces se acostumbraba a Nada qué ver con los ineptos, cínicos y negociantes de hoy...

Quién iba a decir en aquella época que los futuros panistas neocons iban a luchar con todo para acbar con la Universidad.
La UNAM, más
allá de Manuel Gómez Morín

Luis López Hermosa y Parra
En un ensayo publicado en 1996,
María Cecilia Landerreche y
Angélica Oliver escribieron: “Tres
banderas presidieron el velorio de
Manuel Gómez Morin: la nacional,
la del Partido Acción Nacional y
la de la Universidad Nacional
Autónoma de México. Doña Lidia,
su esposa y su mayor apoyo durante
48 años, no titubeo para
decidir cuál de las tres cubriría el
féretro: escogió la bandera de la
Universidad”.
El hecho, anecdótico para algunos,
simbólico para otros, explica
el orgullo que Manuel Gómez
Morin tuvo por la veta universitaria
que contribuyo de manera sustancial
al origen y destino al Partido
Landerreche de Reynoso, María Cecilia y Oliver
Pesqueira, Angélica: “Una carta de Manuel Gómez
Morin, rector de la Universidad Autónoma de México de
1933 a 1934“. En: Un recorrido por archivos y bibliotecas
privados. FCE. México. 1996.
La UNAM,
más allá de Gómez Morin
Luis López Hermosa y Parra
Acción Nacional. Al repasar los
eventos conducentes a las históricas
jornadas de Septiembre de
1939, se registra la asistencia de
una pléyade de universitarios provenientes
de todo el país, quienes
en su calidad de delegados
dieron realce a los trabajos de la
Asamblea Constitutiva de Acción
Nacional.
Lo mismo se observo la participación
de rectores, de alumnos
y maestros, de directores de escuelas
y facultades, que de investigadores,
tanto de la Universidad
Nacional como de otras universidades
públicas. Ellos respondieron
al llamado fundacional de
Gómez Morin al recordar como
durante su gestión el joven Rector
fue leal a su convicción universitaria,
quien a base de “austeridad y
trabajo” derrotó a la manipulación
del llamado subsidio económico
del estado, que amenazaba con
ahogar la libertad de cátedra para
imponer la unanimidad ideológica,
contraria a la esencia misma
de la Universidad.
El ejemplo de los rectores
La vinculación de los fundadores
del Partido Acción Nacional
con la educación superior del país
no se limita al sobrio rectorado de
Manuel Gómez Morin, viene de
tiempo atrás y forma parte de la
vivencia universitaria que ayudó a
delinear el perfil de la cultura del
México contemporáneo.
Para 1924 y después de revisar
los intentos de sus predecesores
por lograr la autonomía
Mabry, Donald J.: The Mexican University and the
State. Student Conflicts, 1910-1971. Texas University
Press, College Station. Austin. 1982.
22
ARTÍCULOS
fundada en mayo de 1918 y la
cual evoluciono para convertirse
en la Universidad Autónoma de
Sinaloa. Cuando el Presidente
Álvaro Obregón designo al Lic.
José Vasconcelos como Secretario
de Educación Pública, el nombramiento
de subsecretario recayó en
la persona de Bernardo Gastelum,
y a la renuncia de Vasconcelos
este sugirió al Presidente de la
República que el propio Gastelum
lo sustituyera en el cargo.
Al tiempo que en 1924 el Dr.
Adolfo Arreguin Vidales iniciaba
su rectorado en la Universidad
Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo , en el estado de San Luis
Potosí el Dr. Juan H. Sánchez concluía
su segundo período como
Director del Instituto Científico y
Literario del estado, logrando que la
mencionada institución obtuviera su
autonomía académica y se transformara
en lo que hoy conocemos
como la Universidad Autónoma
de San Luis Potosí. El Dr. Juan H.
Sánchez fue el primer rector de la
institución potosina, y volvió a desempeñar
ese puesto por tercera
ocasión en el período 1936 a 1938.
El compromiso del Dr. Sánchez
con la educación superior marcó
la vida de muchas generaciones
de universitarios potosinos. En
1948, uno de sus alumnos el Dr.
Augusto Díaz Infante, delegado en
1939 a la Asamblea Constitutiva
de Acción Nacional, fue electo
por el Consejo Universitario rector
de la Universidad Autónoma
de San Luis Potosí y estuvo en el
encargo hasta el año de 1950.
Berrelleza Fonseca, Marco Antonio: De Liceo a
Universidad. La institución rosalina: 1872-1922.
Universidad Autónoma de Sinaloa. México. 1998.
López Hermosa y Parra, Luis: “Adolfo Arreguin, un
rector moreliano“. En: La Nación (México), N° 22 98,
Septiembre 2007.
Pedraza Montes, José Francisco: Apuntes históricos
Otros distinguidos fundadores
de Acción Nacional ocuparon un
lugar en la historia de la educación
superior del país, Luis Castañeda
Guzmán fue rector del Instituto
Autónomo de Ciencias y Artes, que
a partir de 1955 cambió su nombre
al de Universidad Autónoma
Benito Juárez de Oaxaca.
Entre
1959 y 1961, José Maria Gurría
Urgell ejerció el nombramiento de
rector de la Universidad Autónoma
de Tabasco.
Simultáneo a su desempeño
como Rector de la UNAM, el
Dr. Fernando Ocaranza acepto
la encomienda de encabezar la
Dirección del Instituto Científico
y Literario del Estado de México
con objeto de preparar la transición
del Instituto en Universidad
Autónoma, lo cual se acreditó en
el año de 1956.
Directores de escuelas,
facultades e institutos
Figura clave en la historia de la
Universidad Nacional Autónoma
de México es la del Dr. Fernando
Ocaranza. Médico e historiador,
miembro de la Academia Mexicana
de la Historia y de la Nacional de
Medicina, de esta última fue su presidente
entre 1924 y 1925 . En 1924
el Dr. Ocaranza inicio una fructífera
estadía de una década al frente
de la Dirección de la Facultad de
Medicina de la UNAM, tiempo en el
cual renovó el plan de estudios con
objeto de romper el aislamiento que
la medicina mexicana presentaba
frente a los avances de la corriente
científica mundial. La transformación
iniciada por el Dr. Ocaranza
de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Editorial
Universitaria Potosina. México. 1986.
Pérez Franco, Aminadab Rafael: Quiénes son el PAN.
De la oposición al poder. FRPH y Miguel Ángel Porrúa.
México. 2007.
Ocaranza, Fernando: La Tragedia de un Rector. Talleres
Linotipográficos Numancia. México. 1943.
universitaria, el Dr. Ezequiel A.
Chávez rector de la Universidad
Nacional promueve ante la
Secretaria de Educación Pública
a cargo del médico sinaloense
Bernardo Gastelum, el “Proyecto
de Decreto de Autonomía de la
Universidad Nacional”. El proyecto
estableció la necesidad de
definir a la educación como función
del Estado y evitar que la
autonomía se entendiera como
una pretensión hegemónica de la
Universidad.
El documento recogía la propia
experiencia de Ezequiel A. Chávez
en su primer período como Rector
de 1913 a 1914, así como las observaciones
del ingeniero Valentín
Gama quien entre 1914 y 1915 fungió
como Rector de la Universidad
Nacional; pero sobre todo, el mencionado
Proyecto abrevaba en
la experiencia del Dr. Gastelum
como promotor y primer rector
de la Universidad de Occidente,
María y Campos, Alfonso de: Estudio jurídico de la
Universidad 1881-1929. UNAM. México. 1975.
Luis López Hermosa y Parra
23
ARTÍCULOS
en la Facultad de Medicina fue retomada
años más tarde por el Dr.
José Palacios Macedo.
A la renuncia de Manuel Gómez
Morin a la rectoría de la Universidad,
las autoridades universitarias designaron
al Director de la Facultad de
Medicina el Dr. Fernando Ocaranza
como nuevo rector, puesto que
desempeño por poco más de un
año.
En 1947 el Dr. Adolfo Arreguín
Vidales asume la dirección de
la Escuela Superior de Medicina
del Instituto Politécnico Nacional,
institución de la cual fue profesor
fundador con la cátedra de clínica
médica en la Escuela Nacional de
Ciencias Biológicas10.
De la lista de fundadores del
Partido Acción Nacional identificamos
–en diferentes perío-
Moll, Arístides A.: Aesculapius in Latin America. W.B.
Saunders. United Status of America.1944.
10 Mendoza Ávila, Eusebio: Efemérides y biografías de
fundadores de la Escuela Superior de Medicina. Instituto
Politécnico Nacional. México. 1971.
dos de gestión– a varios directores
de escuelas o facultades
de la Universidad Nacional. En
la Facultad de Altos Estudios a
Ezequiel A. Chávez, en la Escuela
Nacional de Jurisprudencia a
Manuel Gómez Morin, Aquiles
Elourdy, y Trinidad García, en la
Escuela Nacional de Ingeniería a
Valentín Gama, en la Facultad
de Ciencias Químicas a Francisco
Lisci y a Rafael Illescas Frisbie,
y en la Escuela Nacional de
Arquitectura a Mauricio de María
y Campos que se convirtió en
promotor y alma del proyecto para
construir la Ciudad Universitaria
en los terrenos del Pedregal de
San Ángel.11
Llama la atención el hecho
de que todos los directores de
Escuelas y Facultades, al igual
que los exrectores de la UNAM
inscritos como delegados a la
Asamblea Constitutiva del Partido
11 Pérez Correa, Fernando: Las Facultades y Escuelas
de la Universidad Nacional Autónoma de México: 1929-
1979. UNAM. México. 1979.
Acción Nacional, formaron parte
de su primer Consejo Nacional
(1939-1944), a excepción de
Rafael Illescas Frisbie quien declino
la invitación para participar en
las actividades del Consejo “ante
la posibilidad de acudir a los
Estados Unidos como Profesor
invitado”.12
Mención particular merece la
figura de Rafael García Granados.
Con estudios terminados de
Ingeniero Agrónomo por la Escuela
de Agricultura de Gembloux en
Bélgica, los obuses del ejército
alemán impidieron que presentara
en 1916 su examen de grado. Ya
de regreso en México y con estudios
acreditados en la materia, en
1945 la Secretaría de Educación
Pública le otorgo el título de historiador,
y en 1949 la Universidad
Nacional Autónoma de México le
confirió el grado de Maestro en
Ciencias Históricas.
12 Lisci Garmilla, Andrés: comunicación personal al autor,
Septiembre 1999.
Luis López Hermosa y Parra
24
ARTÍCULOS
Fue en 1933 y en la Facultad
de Filosofía y Letras donde Rafael
García Granados comenzó una
fructífera trayectoria universitaria
que se coronó con su iniciativa
de fundar los Institutos de
Investigaciones Estéticas y de
Historia de la UNAM., de este último
fue su director entre 1949 y
1956. Por disposición testamentaria
su biblioteca personal fue donada
a la Universidad, sirviendo como
núcleo inicial del acervo de las bibliotecas
de ambos Institutos.
En estos acervos se localizan
las notas, fichas, ilustraciones
y borradores que dieron origen
a la obra más representativa de
su amplio repertorio bibliográfico
y que le ha dado trascendencia
mundial, el Diccionario biográfico
de Historia Antigua de México.
Publicado en tres tomos, su primera
edición aparece en el trienio
1952 -1954, y para 1995 alcanza
su tercera edición, siempre bajo
el sello editorial de la UNAM.
Considerada por los estudiosos
como una de las obras más útiles
que se ha escrito sobre el tema,
los dos primeros tomos contienen
los datos “biográficos” de los personajes
indígenas, y en el tercero
se citan a los indios cristianos del
siglo XVI y XVII. El Diccionario va
acompañado de una amplia bibliografía
–dividida en manuscritos
e impresos–, los índices de
jeroglíficos, onomástico y toponímico,
y la relación de algunas
de las dinastías según las fuentes
consultadas por el autor.13
Para cerrar esta apretada síntesis,
nos detuvimos en la obra
de Rafael García Granados, quien
por su bagaje intelectual se le
ubica como referente en la cons-
13 Dibble, Charles E.: Obituary note: “Rafael García
Granados“. En: The Hispanic American Historical
Review, Vol. XXXVI, August 1956, p. 381-384.
trucción del andamiaje cultural
del país a través de su paso por
la Universidad Nacional Autónoma
de México. Sin embargo, resulta
sorprendente por inexplicable
que a pesar de sus prendas académicas
y de su raigambre como
fundador del Partido, su ausencia
en el discurso conmemorativo de
Acción Nacional pase inadvertida.
El rescate del pasado
No resulta aventurado señalar
que la historia fundacional de
Acción Nacional es en sí misma
la historia del desarrollo cultural y
científico del México contemporáneo.
Entre sus protagonistas,
unos son pioneros en la creación
de escuelas y corrientes artísticas
y científicas; otros son promotores
de instituciones educativas,
hospitalarias, de investigación y
editoriales; algunos más, constructores
de infraestructura y
obras públicas, y algunos otros
son técnicos en el conocimiento
de la banca y las finanzas.
El prestigio intelectual de los
fundadores de Acción Nacional
no puede considerarse como
un hecho fortuito o producto del
resplandor de la vanidad académica.
Miembros de una generación
mayoritariamente nacida en
el porfiriato, y acompañados por
maestros con raíces en la república
restaurada, los universitarios de
Acción Nacional lograron sobrevivir
asonadas y torbellinos políticos,
y trascender por la solidez de su
obra. Sus vidas profesionales se
entrelazaron en los años previos
e inmediatos a la fundación del
PAN, y tuvieron en la mayoría de
los casos, el común denominador
de su vinculación permanente con
la Universidad Nacional.
El hurgar en los archivos y
repositorios, el consultar la literatura
especializada, el recorrer
las trayectorias profesionales, el
conocer las obras y biografías de
nuestros padres fundadores con
el propósito de integrar y ordenar
su desarrollo histórico, dará por
resultado una visión gratificante y
enriquecedora.
Una riqueza que en el caso de
la Universidad Nacional Autónoma
de México, ofrece a manera de
ejemplo, la oportunidad para realizar
y publicar tesis de grado, lo
mismo, de historia, de economía,
de salud pública, de sociología,
de administración pública, de
ciencias exactas y naturales, de
humanidades, que de jurisprudencia
y de ciencia política. La
exploración de esta veta debe
conducirnos a reunir y reconciliar,
a las visiones poco conocidas de
la participación de los miembros
del Partido Acción Nacional en la
historia nacional.
De concretar este esfuerzo bibliográfico
se espera que se honre
la máxima de Daniel Kuri Breña:
“Los libros son como los hombres,
tienen alma y cuerpo. El alma son
las ideas, el cuerpo lo demás: pastas,
tejuelos, colores, miniados,
papel, tipos, viñetas”.14
14 Kuri Breña, Daniel. Amigos de papel. Editorial JUS.
México. 1948. p. 7.

Nota: La página que publica esta interesante info es el blog de una fundación panista de la que el director es Carlos Abascal. Aquí las noticias sobre la consecuencias de la crisis son bonitas, aterciopleadas. Por ejemplo, sobre Ford en EU que cerraron "temporalmente" su planta para hacer frente a la baja de ventas, pero no menciona para nada el despido masivo de sus trabajadores:
Sector automotriz.
Coyuntura Económica
La empresa estadounidense Ford anunció hace unos días el cierre temporal de 11 plantas de ensamblaje en América del Norte, entre las que se incluye la de Hermosillo, Sonora a fin de reducir inventarios ante la baja de ventas.

http://www.fundacionpreciado.org.mx/home.html

Otro texto panista muy azulado... Y el por qué de su renuncia a la rectoría de la Universidad Nacional.

Del Editor del periódico Express: Don Manuel Gómez Morín, hombre en verdad ejemplar
Recientes libros de María Teresa Gómez Mont nos permiten rescatar para la memoria y praxis la vida de Don Manuel Gómez Morín, “norteño, franco y emprendedor”, fundador del PAN y otras instituciones. Aquí recordaremos en forma anecdótica a este miembro del llamado grupo de los Siete Sabios.
Hace 75 años, el 21 de octubre de 1933, se publicó la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de México por la que el gobierno de entonces, presidido por Abelardo L. Rodríguez, bajo el maximato Callista, le concede a esta institución su definitiva autonomía aunque maliciosamente precaria en sus recursos económicos.
El 23 de octubre se cita a una asamblea plenaria que se lleva a cabo en el Paraninfo de la Universidad bajo la presidencia de Don Antonio Caso y con la presencia de los delegados de profesores y alumnos de las facultades y escuelas que la componían, por aclamación, Don Manuel Gómez Morín, que contaba entonces con 36 años de edad, fue electo rector provisional y ratificado el 1º de noviembre por el nuevo Consejo Universitario en tareas de órgano constituyente. Las responsabilidades que asumía Don Manuel eran enormes, sin duda las más difíciles de su vida, pues la Universidad se encontraba en malas condiciones resultado de los diversos conflictos que había vivido y que aun conspiraban contra su estabilidad.
Pero que mejor que las propias palabras de Don Manuel: “Por encima de las dificultades económicas, la universidad tiene problemas espirituales y humanos extraordinariamente graves: una enseñanza verbalista y sin disciplina, un profesorado que, con las naturales, preciosas y por fortuna no muy escasas excepciones ha faltado muchas veces al cumplimiento de su deber, un conjunto de alumnos habituado a confiar más en la eficacia de un esfuerzo superficial de última hora que en un trabajo auténtico y constante; una organización, en suma, hecha trozos, de miembros dispersos, de profesionales aislados, de facultades y escuelas que son baronías feudales, de sistemas administrativos complicados y costosísimos, de malos métodos de selección de profesorado, de sistemas pobres de trabajo y de pruebas; de equipos pobrísimos en aulas, bibliotecas y laboratorios.”
Don Manuel enfrenta estas condiciones con un espíritu sin duda romántico y ejemplar, con las armas que le daban su trayectoria universitaria, su preparación intelectual y financiera, su sólida honestidad y su bien ganado prestigio. No estaba solo, muchos lo acompañarían con el mismo ánimo y sentido histórico: Antonio Caso, Salvador Azuela, Isaac Ochoterena, José Ángel Ceniceros, Alfredo Mancera, Trinidad García, Joaquín Gallo, Federico y Alonso Mariscal, doctor Aniceto Ortega, Oscar Morineau y Pablo González Casanova, por mencionar algunos.
La Universidad era el alma de la vida cultural del país, su importancia, pese a su reducido tamaño de entonces, posiblemente era mayor a la que actualmente tiene. Don Manuel comprendió que la rectoría le exigía dedicación completa, y así, sin vacilar, deja de trabajar en su despacho jurídico y renuncia a las asesorías y consejos en bancos y empresas que le representaban considerables ingresos económicos.
Aquí es oportuno recordar que después de dirigir la Escuela Nacional de Jurisprudencia (1922-1924), a la que renunció en protesta por las injerencias de los políticos y sus camarillas que se peleaban el mando del país, asumió brevemente la dirección del periódico La Antorcha, del cual era socio, cuando José Vasconcelos, el otro socio que lo dirigía, decidió autoexiliarse. Ese mismo año de 1925, Alberto J. Pani, secretario de Hacienda del presidente Calles, le confía el Departamento de Hacienda de la Comisión Monetaria y organiza con éxito la primera Convención Fiscal. De ahí que luego se le encomendara la redacción de la ley del Banco Único de Emisión o Banco de México del que llega a ser el primer presidente del Consejo (1925-1929).
También en 1925 elabora el proyecto y participa en la fundación del Banco de Crédito Agrícola, que iniciará operaciones en marzo de 1926. Al cabo de los años el objetivo del Banco se malogró cuando generales revolucionarios y políticos influyentes abusaron de créditos que no solventarían, entre ellos los generales Álvaro Obregón, Escobar, Valenzuela y Amaro. Krause nos recuerda que años más tarde cuando se le preguntó sobre el destino del Banco, Don Manuel respondió: “Un hombre bueno de un pueblo bueno casado con una virtuosa chica del lugar. Tiempo después alguien le preguntó, ¿y tu esposa, aquella muchacha tan joven? Aquella chica virtuosa, emputeció.”
Sobre la incursión de Gómez Morín en el campo agrícola, Krauze es severo en su juicio: “Pretender que los grandes propietarios mexicanos podían unir esfuerzos para beneficio del país había sido, sin duda, su mayor error.”
Pese a la derrota que en 1929 sufrió su amigo y candidato José Vasconcelos en sus aspiraciones a la presidencia y que lo llevaron a declararse presidente legítimo, Gómez Morín mantenía la fe en que la creación de instituciones, tan necesarias para el desarrollo y modernización de la nación, finalmente tendrían un efecto positivo y civilizado en la vida política del país que se desenvolvía acicateada por la corrupción y la violencia.
Vasconcelos impaciente, con el apoyo de los estudiantes, se decidió por el cambio inmediato, apostando todo a la elección. Gómez Morín le cuestionaba: “¿vale más lanzarse a una lucha que pueda llevar a los grupos contrarios al exterminio, para lograr el triunfo inmediato o perderlo todo, o vale más sacrificar el triunfo inmediato a la adquisición de una fuerza que sólo puede venir de una organización bien orientada y con capacidad de vida?” El tiempo le daría la razón.
Lejos estaba Don Manuel de la complicidad o del conformismo, se trataba de un espíritu de colaboración constructiva y de rechazo a la confrontación destructiva que había desangrado al país. Vasconcelos siempre le reprocharía esa disposición a colaborar.
Así, en ese mismo año de 1929 funda el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas que luego sería el Banobras y, más tarde, en 1932 colabora en la redacción de las leyes de Instituciones de Crédito y de Títulos y Operaciones de Crédito. Su experiencia e influencia se reflejó en la clientela y los asuntos que llevaba en su despacho jurídico que siempre fue la mayor fuente de sus ingresos, así llegamos a 1933, a salto de mata y señalando caprichosamente sólo algunos de los antecedentes de Don Manuel al asumir la rectoría de la Universidad.
El primer reto que enfrenta como rector es el de naturaleza económica: los recursos eran escasos. Como primera medida se decide disminuir el gasto administrativo empezando por recortar el propio sueldo del señor rector que era de 1200 pesos más 800 de gastos de representación (chofer, gasolina, etc.) para dejarlo en 400 pesos. Muchos catedráticos siguieron su ejemplo, entre ellos. Lejos estaba de tratarse de un gesto demagógico.
Una de las características más valiosas de la personalidad de Don Manuel era el convencimiento absoluto de que había que predicar con un ejemplo auténtico, de restablecer la moral en la función pública.
Nos cuenta Ma. Teresa Gomes Mont que un famoso despacho de abogados, Basham y Ring, compró un lote de boletos entre los que estaba el ganador, el despacho donó de vuelta el automóvil a la Universidad que lo volvió a rifar. “El auto fue rifado diez veces y, cada una de ellas, el que se lo sacaba se lo regalaba al rector.” No sólo se trataba de recortar gastos, también era necesario aumentar los ingresos para lo que Don Manuel, aprovechando sus amplias relaciones, organiza una gran campaña de donaciones y patrocinios. La labor desplegada por Don Manuel inclusive impactó en el mismo presidente Abelardo L. Rodríguez quien, en las postrimerías de su gestión, ordenó la emisión de un timbre postal para que sus ingresos se dedicaran a la Universidad. La labor del rector fue muy amplia y abarcó todas las áreas: financiera, administrativa, académica y de investigación. Todo dirigido, sin vacilaciones, a un solo fin: elevar la calidad educativa bajo el principio de la libertad de cátedra.
Esta lucha por la libertad de cátedra y, por ende, por la autonomía, adquiere su justa dimensión histórica si recordamos que entonces existía un fuerte movimiento, en el que destaca Lombardo Toledano, director de la Escuela Nacional Preparatoria, que estaba por la implantación del socialismo de tendencia marxista-leninista como la única doctrina científica y filosófica valida para la educación.
La renuncia de Lombardo a la dirección de la Escuela Preparatoria podía llevar a pensar que la libertad de cátedra se había consolidado.
Pese a ello, existía el temor de que tarde o temprano se extendería a la Universidad. Lázaro Cárdenas como candidato del PNR incorporó, desde luego, la educación socialista en su plataforma política. Se desencadenó la crisis: protestas, huelgas de escuelas, enfrentamientos entre estudiantes y de estos con los policías. El panorama de la Universidad se vuelve a ensombrecer y los esfuerzos del rector por mantener la tranquilidad y normalidad en la vida universitaria resultan vanos. Gómez Morín sabía que sus días estaban contados, la Universidad se declaró en paro cuando la policía ingresó entre disparos a sus instalaciones, lo que la enfrentó con Abelardo L. Rodríguez quien tenía escaso margen de acción ante la animosidad que mostraban Calles y Cárdenas hacia Gómez Morín.
Luego encomia la labor de Gómez Morín y sus esfuerzos por engrandecer la Universidad, lamentándose que éstos a la postre resulten “impotentes para defenderla de la perfidia y el servilismo confabulados en su contra. Pero si son inútiles e impotentes no serán estériles para la posteridad. No desisto de la lucha, pero con usted abandono el terreno universitario. Sírvase aceptar mi renuncia como jefe de grupo y catedrático a partir de esta fecha.”
El 22 de octubre de 1934, después de 368 intensos y fructíferos días al frente de la Universidad, el rector Gómez Morín presenta su renuncia irrevocable.
No obstante, que con anterioridad a la reunión del Consejo, Gómez Morín había obtenido el acuerdo de sus allegados para la aceptación de su renuncia, surge un movimiento de oposición que entiende la renuncia forzada como una afrenta a la autonomía, por lo que se decide otorgarle un mes de licencia. Finalmente, en el mismo acto, a propuesta de Antonio Caso y Pablo González Casanova se acepta otorgarle al rector Gómez Morín el doctorado honoris causa como signo de solidaridad con su causa.
Sin desistir de su renuncia Gómez Morín, propone la celebración de un plebiscito entre la comunidad universitaria sobre el mantenimiento de la huelga. El día 23 se realizó el plebiscito que fue favorable a su levantamiento. Gómez Morín comprende que su renuncia permitirá la continuidad de la reforma universitaria que consolidará su autonomía y libertad de cátedra, por lo que el 26 de noviembre, fecha en que vence la licencia, aquella se vuelve definitiva, no se retiró por completo de la Universidad continuó impartiendo sus cátedras de Derecho Bancario, Derecho Público y Teoría del Estado.
Así concluye una etapa de su vida abundante de lecciones, en la siguiente se alejará del gobierno y tomará el camino de una oposición constructiva. Cinco años más tarde nacería el Partido Acción Nacional.
Setenta y cinco años nos parecen lejanos, pero la lejanía que pesa, la lejanía que lastima, es la que guardan muchos panistas de hoy –Layín, El Lobo Valenzuela, doña Martha, Chuyín Valdez— en el gobierno con el espíritu, los valores y la ética de su fundador. Hoy se hace necesario que vuelvan la vista atrás y recuperen el sentido de su presencia en la vida política del país.
Son muchas las anécdotas ejemplares y los testimonios sobre la honestidad e integridad que encontramos en la vida de este extraordinario personaje. El libro sobre la vida de Don Manuel basándose en su riquísimo y revelador archivo personal resulta más que oportuno cuando los herederos de su partido en el Estado, hoy en el poder, desconociendo la historia de su fundador y alegando pragmatismo mantienen un franco desapego con los ideales y la conducta ejemplar de su fundador. w
http://www.periodicoexpress.com.mx/nota.php?id=212670

¿Una Nueva Ley Orgánica Para la UNAM?(Autonomía y Conflictos Universitarios)
Lic. Enrique Villareal Ramos

[...]Desde un principio la Universidad operó con déficit. En términos generales, durante este periodo, la Universidad tuvo ingresos anuales de 600 mil pesos cuando necesitaba más de dos millones de pesos para operar. Situación que comprometió su "autonomía absoluta" frente al Estado, porque la obligaba a mendigarle recursos en una posición de debilidad extrema. Lo que, a su vez, trató de aprovechar el Gobierno para incorporar (someter) a la Universidad dentro de la política educativa "socialista". Así, paradójicamente, la "autonomía absoluta" hizo peligrar como nunca la autonomía intelectual.
Junto a la crisis económica, la ultrapolitización fue otro fenómeno recurrente y característico de la vida universitaria. El Estatuto de 1934 fue un intento del rector don Manuel Gómez Morín, no sólo de combatir el "asambleísmo deliberante" y el electorerismo, sino de llevar a cabo una ambiciosa reforma universitaria. La ausencia de condiciones y los conflictos impidieron la realización de la reorganización universitaria propuesta por el rector. El propio Gómez Morín fue víctima de la politización y tuvo que renunciar –en octubre de 1934–, a raíz de otra huelga estudiantil.
De por sí, el año electoral del 34 y la inminencia de la reforma constitucional para introducir la educación "socialista" crearon un marco propicio para la efervescencia y la división política de los universitarios, así como para la injerencia del Gobierno, los partidos y demás fuerzas extrauniversitarias. Cabe recordar que, en ese entonces, eran fuertes las presiones para incorporar a la educación superior dentro de la enseñanza "socialista". El Presidente Lázaro Cárdenas respaldaba a los estudiantes socialistas, quienes, por cierto, eran contrarios de la libertad de cátedra y expresión.
Durante la gestión del rector Fernando Ocaranza, quien sustituyó a Gómez Morín, continuó la dialéctica conflictiva con el Estado. La Universidad entró en una situación de ilegalidad cuando el Consejo Universitario aprobó un reglamento de incorporación de escuelas secundarias particulares que buscaban eludir el control oficial, pero un Decreto gubernamental estableció que ningún establecimiento podía impartir enseñanza secundaria sin la autorización de la SEP. Pero la Universidad mantuvo su política, "aun cuando su autonomía no justifica la violación a la ley ni permanecer al margen de las políticas gubernamentales y de la realidad nacional". La autonomía no puede significar extraterritorialidad.
El enfrentamiento entre Estado-Universidad agravó la penuria económica de ésta, y generó anarquía. En 1935, nuevamente, se presenta otra crisis cuando el propio rector Ocaranza y un distinguido y extenso grupo de maestros encabezados por Ezequiel A. Chávez renunciaron como protesta por "el clima de desestabilización interna propiciado por agitadores del gobierno". También se protestaba contra la amenaza presidencial para reformar la ley orgánica y restringir la autonomía. En esta crisis, la Universidad vivió sus momentos más aciagos: renuncias en bloque, suspensión de actividades por parte del Consejo Universitario, toma de instalaciones... Sin embargo, se logró integrar un nuevo Consejo, el cual eligió como rector a Luis Chico Goerne, y se detuvo la iniciativa presidencial de reformar la Ley universitaria.
Luis Chico Goerne intentó conciliar los principios fundamentales de la autonomía –libertad de cátedra y de investigación, pluralismo, etc.- con la responsabilidad social (modificó el estatuto universitario y le otorgó una marcada orientación social, por ejemplo), con el objeto de desenclaustrar a la Casa de Estudios y establecer una relación constructiva con el poder público. Pero su acción reformista no fructificó, porque los conflictos internos continuaron.
El Estatuto no planteaba mecanismos para evitar la ultrapolitización y, por el contrario, ésta se agravó. Los estudiantes incrementaron su representación dentro de las academias y el Consejo Universitario, agudizándose el electorerismo. Indisciplina, demagogia, asambleísmo y tumultos avasallaron la vida universitaria. El rector Chico Goerne también fue víctima de la politización tumultuaria, y renunció en junio de 1938.
Le sucedió el Dr. Gustavo Baz, amigo personal de Cárdenas, quien continuó con la política conciliatoria hacia el Estado e intentó acabar con la politización con un nuevo Estatuto y un sistema de sanciones, aunque se mantuvieron los procedimientos para elegir autoridades y el poder de los estudiantes en los órganos de gobierno y, por ende, la fuente de anarquía universitaria. Asimismo, se redujo la autonomía, porque el Estado encontró una vía de control de la Universidad con la política de otorgar cargos gubernamentales a las autoridades (el mismo rector pasó a ser secretario de Salud). Su gestión fue brillantemente concluida por don Mario de la Cueva (1940-42). En 1942 fue elegido Rodolfo Brito Foucher
El nuevo rector, desde un principio, contó con la desconfianza gubernamental, pues se le atribuyeron aspiraciones presidenciales. Durante su rectorado se crearon los Departamentos de Investigación Científica y de Humanidades (los antecesores de las Coordinaciones), la Hemeroteca Nacional, entre otras obras, pero su plan reformista también incluyó la reforma del Estatuto, porque era la fuente de la demagogia, la politiquería, los escándalos y los conflictos. En 1944 se verificaron catorce elecciones en la Universidad, generando efervescencia y espacio propicio para el desarrollo de los enconos. Se desató una verdadera "guerra electoral", que incluyó toma de escuelas, huelgas, violencia, heridos y finalmente la caída del autoritario Brito Foucher.
Ello generó una escisión muy grave entre dos bandos, considerados a sí mismos como los poseedores de la razón y la legalidad: cada uno eligió a su propio rector (Manuel Gual Vidal y José Aguilar Alvarez). El Presidente no reconoció a ninguno y propuso a una junta de ex rectores -exceptuando a Brito Foucher- para elegir al rector. Se designó a don Alfonso Caso, quien convocó a un nuevo Consejo Constituyente, el cual, redactó otra Ley Orgánica y un nuevo Estatuto General. Los nuevos ordenamientos jurídicos permitieron superar la grave crisis universitaria y establecer una nueva relación con el Estado, ahora de carácter constructivo, y con ello empezó una nueva etapa en la historia de la UNAM.

El marco jurídico actual
La Ley Orgánica de 1945 define a la UNAM como un organismo descentralizado del Estado. De este modo, la institución recuperó su carácter público, el derecho a ser subsidiada y mantenida por el poder público, y a poseer amplias atribuciones académicas, de autogobierno, de autolegislación y de manejo financiero y patrimonial. Pero, sobre todo, le asigna su finalidad: realizar las funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión de la cultura para formar profesionistas útiles a la sociedad y realizar investigaciones sobre los problemas nacionales. En 1980 la autonomía fue elevada a rango constitucional.
El ordenamiento jurídico crea una Junta de Gobierno –integrada por 15 distinguidos universitarios– encargada de designar al rector, aunque también establece un Consejo Universitario, en el que se encuentra representada la comunidad (autoridades, académicos y estudiantes), y entre sus funciones se encuentra la elección de los miembros de la Junta de Gobierno. En las escuelas y facultades, el consejo técnico se erige en la máxima autoridad colegiada, y lo integran representantes de la comunidad. Se busca producir contrapesos y que ninguna autoridad concentre todo el poder.
Así, la legislación del 45 es heredera de la tradición liberal fundada por don Justo Sierra, y enriquecida por Ezequiel A. Chávez, José Vasconcelos, Antonio Caso, Manuel Gómez Morín, Mario de la Cueva, entre otros insignes universitarios. La Universidad dedicada a la academia, y que mantiene una relación constructiva con el Estado para responder a su compromiso con la sociedad y el país. Además, crea órganos de gobierno que concilian lo meritocrático con lo democrático, la indispensable jerarquía del conocimiento con la no menos necesaria participación de la comunidad.
Desde entonces, la UNAM ha vivido su época de oro y se ha convertido, efectivamente, en la Máxima Casa de Estudios de la Nación, y una de las más prestigiadas en América Latina. Aunque ha sufrido graves crisis –como la del 68– la permanencia del marco jurídico le ha permitido superarlas y retornar a la normalidad institucional.

Conclusión
De modificarse la Ley orgánica para instaurar una "autonomía absoluta", se corre el enorme riesgo de retornar a los años treinta o de establecer una "Universidad-partido" al estilo Guerrero, Puebla o Sinaloa. Se impondrían el asambleísmo, el clientelismo, la corrupción, la sobreideologización y la ultrapolitización. La academia quedaría supeditada a objetivos políticos, y con seguridad se antagonizaría con el Estado. Regresarían la anarquía, la crisis y la zozobra institucional recurrentes. Acontecimientos como el presente paro, dejarían de ser la excepción, y se transformarían en el modus vivendi universitario. En última instancia, la "autonomía absoluta" es enemiga de sí misma, porque termina motivando la intervención del Estado.
Si bien la legislación es perfectible (sin duda es deseable la creación de mayores mecanismos de participación universitaria, entre otras adecuaciones), no debemos olvidar que la Universidad no es un sindicato o partido político. La academia tiene sus propias reglas, y una de ellas consiste en mantenerse autónoma del Estado, de los partidos y de grupos sectarios con ideologías totalitarias o extremistas, muchas veces revestidos de "democráticos".
La autonomía universitaria no se enriquece, ni se ejerce, politizando a la Universidad, sino fortaleciéndola académicamente, con el objeto de que esté capacitada "para generar alternativas profesionales, científicas y humanísticas que requiere el país, a fin de superar los históricos rezagos sociales".
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Lic. Enrique Villareal Ramos. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y de la Universidad Iberoamericana. Está próximo a publicarse en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, mi articulo "La autonomía claustral: el caso de la Universidad Nacional de México (1933-1944)", para aquellos interesados en el tema.Referencias
A parte de los textos citados, se recomienda:
Caso, Antonio y Lombardo Toledano, Vicente, Rumbo de la Universidad, México, Complejo Editorial Mexicano, 1973.
Gomez Morín, Manuel, 1915 y otros ensayos, México, Jusa, 1973
Gonzalez Oropeza, Manuel, Génesis de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, UNAM, 1980.
Jimenez Rueda, Julio, Historia Jurídica de la Universidad, México, UNAM, 1955
Luna Arroyo, Antonio (comp.), La obra educativa Narciso Bassols, México Patria, 1934
Maria y Campos, Alfonso de, Estudio histórico-jurídico de la Universidad Nacional, México, UNAM, 1975.
Mendieta Y Nuñez, Lucio, Ensayo sociológico sobre la Universidad, México, UNAM, 1980.
PINTO MAZAL, Jorge, La autonomía universitaria (antología), México, UNAM, 1974.
VASCONCELOS, José, De Robinson a Odiseo. La Universidad en Antología de textos sobre la educación, México, FCE, 1981.
http://www.cddhcu.gob.mx/cronica57/contenido/cont8/anali4.htm

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